Beneficios

Tras numerosos estudios, se ha comprobado que el movimiento de la palada ejercitando el torso y los brazos ayuda al drenaje linfático y a la recuperación después del tratamiento del cáncer de mama, por ello y por los grandes beneficios que aporta esta actividad, está abierta a todas aquellas personas que padecen o han padecido cáncer de mama.

Es beneficioso para las diferentes cirugías, desde las menos agresivas, hasta las que conllevan también linfedectomía.

Con el ejercicio físico, se produce una reactivación de la musculatura, pero también ayuda a reponer el calcio en los huesos y, como todo deporte, genera serotonina, tan necesaria para mantener alejada la depresión.

Es un deporte de repetición y resistencia, mejora toda la musculatura pectoral, dorsal y escapular, crece la autoestima, el compañerismo y trabajo en equipo. El contacto con el agua favorece los estados emocionales de ansiedad.

Requiere una concentración, hace que solo estés a la práctica del piragüismo, olvidando todos los problemas que puedas tener, eres protagonista de tu recuperación, convirtiendo este revés en superación.

Es una manera de recuperar la autonomía y las actividades en contacto con otras personas que han pasado tu misma situación en definitiva.

Promueve la salud y aumenta la calidad de vida a nivel físico, emocional y social a través del deporte con un claro mensaje de superación y esperanza.

Hay que visibilizar estas prácticas, hasta ahora impensables para personas que han pasado un cáncer de mama, y que se conviertan en un recurso al alcance de las personas.